Un artista nunca está confinado a una sola forma de hacer las cosas. Un artista cambia y evoluciona, reconfigura problemáticas con técnicas, ideas con procesos, investigaciones con productos... Un artista tiene la facultad de extender sus redes hacia otras formas de hacer y saber.
El cruce, fermentación o contaminación entre saberes y elementos productivos y operativos potencia la producción de ‘mosaicos’ donde se evidencia la validez de múltiples caminos hacia el conocimiento, la creación y la experiencia estética. Vincular diferentes procesos con modos operativos permite proyectar el ahora con el futuro; considerar seriamente aproximaciones alternativas de comunicación, discursividad, forma y contenido, es una acción constante de tejer pasado-presente-futuro en desarrollo del artista.
Proyecto Z es una invitación a reflexionar sobre las rutas alternativas; una característica de la época es la posibilidad de construir virtualidades reales. Utilizamos plataformas inteligentes para investigar, divulgar... y crear... Todas las herramientas están al alcance de la mano. El ‘crossover’ tecnológico no es nuevo. El siglo XX habló de ‘obra de arte total’ o Gesamtkunstwerk, término utilizado en el siglo XIX para significar la obra de arte ideal, el potencial moderno de hacer uso de todos los medios accesibles al artista, desde diferentes posibilidades técnicas. La idea fue fructífera para definir los objetivos de la Bauhaus, que consideraba al artista como proyectista y artesano, capaz de integrar en su producción diferentes medios y materiales.
Nuestra época, sin embargo, desborda la referencia a los procesos técnicos, al reconocer el potencial social y político del arte. La multiplicidad de perspectivas teóricas en la acción artística y curatorial da cabida al pensamiento de interconexiones, o curadurías en el ‘campo expandido’: “vinculando imágenes, procesos, personas, localizaciones, historias y discursos en el espacio físico, generando torsiones, giros y tensiones.”
No se trata entonces de obras de arte discretamente delimitadas como tal. Proyecto Z convoca a la presentación de propuestas que cuestionan “el paradigma del artista como un agente radicalmente autodeterminado y de la obra de arte autónoma como el índice normativo de la obra ‘artística’.