De forma similar, en la colección de obras de arte moderno, arte oceánico, arte popular y libros de André Breton, padre del Surrealismo, se incluían piezas menores y objetos adquiridos en las “pulgas”, o ventas callejeras, o en remates, u objetos simplemente hallados en el transcurso de una caminata. Su interés por el psicoanálisis impulsó al Surrealismo hacia la exploración constante de las conexiones entre poesía, literatura y vida, y el gusto por el azar y la asociación de elementos divergentes en búsqueda de nuevos significados.

Le Corbusier, por su parte, atesoraba sus “objets à réaction poètique” (objetos de reacción poética), elementos encontrados sugerentes de estructuras complejas, como conchas, caracoles y huesos de doble curvatura, formas helicoidales, trozos de madera, piezas industriales, en fin, cosas, naturales y racionales, asociadas a un potencial creativo y energético.

Algunos artistas, como Juan Osorno, operan como ‘nuevos enciclopedistas’. A la manera de John Wilkins, a Osorno le interesa: “La teología, la criptografía, la música, la elaboración de colmenas transparentes, el curso de un planeta visible, la posibilidad de un viaje a la Luna, la posibilidad y los principios de un lenguaje mundial”.3 En el lenguaje universal que es el arte, los dibujos se acompañan de notaciones como numerales, secciones, fechas, etc., como si se tratase, más allá de una expresión estética, de ilustraciones científicas, de la indagación sobre lo alterado y anómalo.

Se incluye en la muestra un “Gabinete de la Ilustración Científica”, cuyo fin es el de poner al visitante en contacto con algunos elementos que inspiran, no al científico, sino al artista, en la producción de un mundo poblado por seres y eventos ficticios. Estos se clasifican en cuatro categorías: Naturalia, (clásicamente subdividida en Animalia, Vegetalia y Mineralia), Scientifica (instrumentos de dibujo y medición) y Culturalia (antigüedades, obras de arte). En esta última se incluyen los Memento Mori, o recordatorios de muerte, asociados a las disciplinas ascéticas y a la contemplación.

El interés de Juan Osorno en objetos gira primordialmente en torno a aquellos propios de su oficio: los lápices e instrumentos de dibujo y medición. Son de particular importancia los residuos, ya sean los cabos minúsculos o el polvo de grafito, pero incluye, además, la imagen encontrada, la fotografía de estudio, las piedras diversas, los libros (de literatura, de anatomía, etc.). A estos se suman, para la presente muestra, elementos diversos que, ante la ausencia del verdadero diente de narval, “dialogan” con sus lápices, libros y dibujos: la mujer de cuatro ojos del artista Hervé di Rosa, un dominó de hueso, las plumas de dibujo de plata y marfil.

El Gabinete del Ilustrador Científico se compone de elementos ordinarios, recurrentes o extraños cuya función es entretejer historias, Ficciones, objetos significantes que interactúan con el espectador y entre sí, para producir nuevas constelaciones, seres transicionales y anatomías diversas, para especular sobre otros mundos, otras vidas, otros horizontes.

Ana Patricia Gómez

Bogotá, 03.08.2016