Límites cambiantes (Shifting boundaries)
Según la filosofía social, los parámetros que separan las esferas pública y privada varían en el espacio y el tiempo, siendo relativos a culturas y momentos históricos específicos.
Con esta idea en mente, deseamos interrogar dónde se cruzan, chocan o se entrelazan las esferas pública y privada en el trabajo de tres artistas: Diego Arango, Juliana Correa y Andrés Orjuela, quienes participan de una cosmovisión global que ha madurado entre diferentes países, culturas y actividades profesionales.
Cada uno de estos artistas tiene una definición clara de la perspectiva personal que da forma a la producción artística. En el caso de Arango, su visión personal del mundo es un cruce entre el Mediterráneo, donde ha vivido junto al mar durante más de 40 años, y su Colombia natal, lugar donde pasó sus años de formación como arquitecto. En una decisión muy personal, optó por establecerse en Palma de Mallorca, ya que su necesidad de luz y mar se encontraba con un estilo de vida sencillo y muy ligado al campo, al cielo, al mar, un lugar especial donde estas cosas básicas se unen con un rico patrimonio cultural.
Juliana Correa estuvo en la industria del diseño y la moda, hasta que reaccionó radicalmente ante el propio consumo público alimentado por el complejo industrial y publicitario de la moda donde la industria internacional estimula el desperdicio de creación (en forma de sobreproducción residual), la contaminación industrial y la sobreexplotación de recursos (como el agua utilizada en la producción textil) como parte de ciclos económicos interminables. Hoy utiliza textiles, ya sea reciclados o tomados de inventarios residuales, para producir obras de arte abstractas muy finas y delicadas. Resultado de su actividad de reprocesar, unir o deshacer fibras, bajo geometrías disciplinadas pero libres, en un corpus riquísimo y poético de obras que sugieren paisajes, huellas urbanas o banderas antiguas.
Mientras que los artistas antes mencionados trabajan en contextos muy privados e íntimos, siguiendo la división clásica entre el hogar como privado y la ciudad como pública, la obra de Andrés Orjuela está imbuida de un interés personal en la exploración de las fisuras contemporáneas en la idea clásica de "polis". Cambiando los límites entre lo público y lo privado, expone un lado oscuro de la esfera urbana contemporánea en forma de fotografía intervenida de un álbum familiar de luchadores mexicanos enmascarados, cuya actividad oscila entre el exhibicionismo, el espectáculo y el erotismo abierto. Su uso de máscaras siniestras y emblemáticas, mediante las cuales sus seres personales quedan ocultos a la vista del público, sugiere un estatus social abyecto. En esta serie, titulada 'Under the mask', al igual que en su anterior serie 'Archivo muerto', donde trabaja con fotografías de prensa desechadas del hoy inexistente diario sensacionalista El Espacio, se recupera en archivo las imágenes de personajes marginales, que son colocados Precariamente en la frontera de la sociedad civilizada, Orjuela subraya la fragilidad de los límites entre lo público, lo privado y los cambiantes imaginarios sociales del mundo urbano contemporáneo.
Ana Patricia Gómez - Directora