RESISTIR
Estamos experimentando tormentas simultáneas en muchos frentes: la crisis ambiental-pandémica, la crisis económica, la crisis política y social. En la cultura se manifiesta la crisis de sentido, valores y formas de vida. A la crisis de las artes se suma, producida por el distanciamiento del público, por el giro virtual y por el estado vaporoso que toma la obra de arte cuando se reduce a una imagen en una pantalla. Estas consideraciones nos llevan a proponer cuatro artistas cuya obra responde conceptualmente al momento del cambio. Obras que nos hacen pensar, desde diferentes enfoques formales y teóricos, el mundo actual.
Julián Burgos
Artista colombo-francés, de educación europea en artes, está fuera de los caminos comunes del arte colombiano. De regreso a Colombia, en los últimos tres años ha producido una obra que, a partir de su enorme interés por el arte barroco francés, ha logrado conjugar la profusión de imágenes en movimiento con las claves simbólicas de la cultura pop latinoamericana. Burgos representa, por la excelencia de su oficio, el “artista maestro”, al mismo tiempo que trasciende cualquier inscripción de tipo escolar o de tendencia.
Andrés Orjuela
Colombiano, residente en México. Orjuela busca manifestar en sus obras la relación entre muerte y sociedad, cultura y cultura popular, cómics y reportajes policiales, como poderosos imaginarios en el arte culto. Su marco conceptual se ubica en el cruce entre Eros y Thanatos (el impulso de la muerte), tema que forma parte de un repertorio del arte universal desde siempre. La tríada de sexualidad, erotismo y amor tiene un vínculo profundo en la cultura contemporánea y notablemente en la cultura latinoamericana. Orjuela ubica sus obras en el bucle pasión-violencia-muerte, siempre haciendo la misma pregunta. ¿De dónde viene ese gusto pagano por la violencia? Sabine Spielrein fue la primera en señalar la pulsión de muerte en 1912, en su texto 'La destrucción como causa del devenir', antes de que lo hiciera Sigmund Freud. Las dicotomías entre violencia y cultura, entre culturas 'altas' y 'bajas', se disuelven en la obra de Orjuela, produciendo así un reflejo de contemporaneidad, impulsándonos hacia sentimientos de risa y horror.
Radenko Milak
El trabajo de pintura de Radenko Milak se centra en cuestiones relacionadas con la forma en que los elementos visuales se fijan y almacenan tanto en la memoria personal como en la forma en que se presentan en los medios del cine y la fotografía. De hecho, su práctica como artista siempre ha estado fuertemente influenciada por la idea de que nuestra relación con el mundo y su historia está determinada en gran medida por el flujo ininterrumpido y continuo de imágenes que documentan el mundo. Su técnica muy singular, el uso de acuarela de tinta negra sobre una superficie blanca, le permite llegar a la esencia misma de una imagen y utilizar un lenguaje estético profundamente único. Al encontrar su material en los medios impresos, como el fotoperiodismo, los periódicos antiguos y las postales, y también en Internet, Radenko Milak crea sus acuarelas y pinturas al óleo utilizando un pigmento negro sobre una superficie blanca como herramienta para transformar las plantillas de las películas. informes o imágenes de prensa y otros archivos de propaganda en pequeños escenarios artísticos íntimos. Los resultados de su investigación se convierten en los materiales que manipula mediante un proceso de apropiación y transformación.