La Balsa arte presenta una selección de la obra reciente del maestro Luis Luna, donde se manifiestan los múltiples intereses del artista, cuya curiosidad por el mundo del pensamiento y las artes lo destacan como poseedor de una mente particularmente vivaz entre sus contemporáneos. Médico en su primera formación, y artista plástico después, entre sus pasiones enumera los jeroglíficos, el viaje como condición de vida, los textos ocultos de los primeros siglos del cristianismo, la obra de Borges, Goya, Durero, la física cuántica, la geometría, etc. etc., sus intereses son innumerables y se enlazan continuamente. En su obra prima el sentido del tiempo y de lo hermético, ya que la matriz simbólica es en últimas la fuente de la experiencia mística, que se experimenta como un despertar de la consciencia.
‘Trenzados’ es término con el que se refiere a la tradición de re-construcción histórica e iteración de textos en documentos disímiles a partir de la Grecia clásica. Según la historia, el recuento de partes de los clásicos se fusionó con los diferentes escritos místicos de las primeras sectas cristianas, así como con la tradición pagana de Hermes Trisegisto, que en los siglos II y III D.C. dictó una mística pagana derivada de los jeroglíficos egipcios y de Hermes, dios de la magia. En el siglo XX esta tradición tuvo su efecto sobre el simbolismo, la poesía experimental y el surrealismo.
Esta tradición la absorbe al embarcar su obra como un sincretismo, siempre atento a aquello que no es evidente. “El sincretismo empezó a manifestarse para nunca abandonarme. Desde ese momento el trabajo en series se fue enriqueciendo y a veces aleatoriamente se entrelazan y entrecruzan las imágenes en distintas series de manera casual, entre comillas; como las manolas goyescas en la serie 'Viajeros de la Nueva Granada’[1]; como los seres del Bosco, en representaciones de Durero o las frases del ‘Cancionero de la Catedral de Segovia’ en distintos contextos.”[2]
En su reflexión sobre los caminos que lo han llevado a la obra actual, dice el artista:
“En medio de este proceso me dediqué a recolectar “iconos”, que me servían para expresar mi entorno. Algunos los asociaba a experiencias, impresiones, etcétera; otros los recogía de los mercados turcos, de los grafitis en la calle, de ilustraciones medievales, de tratados de alquimia y de distintos viajes que emprendí para salir del ‘centro’. Generalmente pintaba sobre tabla o sobre papel, con acrílico o pigmento, variando los formatos y afianzando la idea del fragmento; para cada superficie una figura. Pintaba cosas que significaban algo muy específico e inconfundible, a la manera de un ideograma, y que acompañaba de una leyenda aclaratoria o una narrativa simple y escueta. En Egipto pude apreciar, en algunas aldeas del alto Nilo, dibujos muy simples, casi infantiles, ilustrando frases sueltas de ánimo al viajero, que supuestamente también va de romería. Este acercamiento entre imagen y frase lo reencontraría después en Goya y en los exvotos mexicanos, que sirvieron de inspiración a más obras.[3]
Contrario a una estética pura, Luna aprecia aquello que le permite contaminar ideas y medios, usando un método de collage ideológico y físico. Esta visión de una “utopía resquebrajada” le sirve para domesticar el paisaje, manteniendo un concepto de una naturaleza imponente y única. El vidrio ocupa un protagonismo en su trabajo como expresión de la luz barroca y del gnosticismo. Considera liberador “encontrar tantas conexiones entre elementos aparentemente disímiles como las representaciones de Robert Fludd sobre el Génesis y la figura de una beata santafereña dibujada por Joseph Brown en los albores de la Gran Colombia”.
Frente a la especulación científica, encuentra la necesidad de abrir espacios y acceder a otras maneras de razonar. “El mundo por debajo de la escala de Planck se figura un mundo que maneja otra lógica, que necesita de nuevos conceptos de simetría y que desafía nuestra capacidad de integrar conocimientos. Es algo maravilloso que empodera nuestra vida. Es algo que el arte no puede ignorar.”
Luis Luna nos abre las puertas a otra manera de pensar y sentir el arte. Las estructuras estéticas que elabora cuidadosamente invitan, por su materialidad, forma y concepto, a la experiencia del arte, directa y espontánea. Cierta opacidad, afín al misticismo, anuncia que no todo tiene que ser explicito, que cierto misterio se resguarda de los ojos del observador.
Ana Patricia Gómez - Directora
[1]https://www.luisluna.co/portafolio_detalle.php?tema=Viajeros%20de%20la%20Nueva%20Granada&idioma=esp
[2] Texto del artista, 2024.
[3] Idem.