Drexciya, la instalación que propone Astrid González en La Balsa Arte, es una iteración afrofuturista de la narración creada por el dúo techno del mismo nombre, en Detroit, 1992. Los compositores buscaron revisar, desde un imaginario contemporáneo y crítico, el mito de la Atlántida de Platón.
Como narrativa ficcional, González construye por medio de videos, fotografías, esculturas y dibujos, un imaginario alternativo y mítico de una sociedad libre, al evocar una comunidad subacuática descendiente de las mujeres embarazadas arrojadas al mar en la trata transatlántica de personas esclavizadas entre 1525 y 1866.
Al plantear una fabulación, según la cual, bajo las olas existe una sociedad aislada inspirada en mitos, arquitecturas y conocimientos ancestrales, se construye a partir de la música, una contra narrativa cultural que recuerda la obra de Paul Gilroy ‘Atlántico Negro’ (1993), un libro sobre la América negra que resalta la amplitud y resonancia cultural de las experiencias del continente africano.
Haciendo un paralelo en el campo estético, con la idea de Jean Rahier (1999), en la que “los modos de
representación, son utilizados por la gente para pensar el mundo, sus propias existencias, así como para pensar la existencia de ‘otros’. Los grupos dominantes producen y reproducen representaciones de ellos mismos y representaciones de los ‘otros’”, uno de los parámetros de la producción contemporánea reside precisamente en representar a la sociedad, en sus dimensiones sociales, étnicas y de género, desde ópticas fluidas que sirven como contrafuertes a la normativa hegemónica de categorías simples.
Esta anotación nos sirve para señalar la dimensión utópica de esta obra que busca crear, a partir de un hecho histórico, una contra narrativa basada en lo estético, performático y poético, que pone en jaque las interpretaciones literales de abyección y degradación; el arte mismo cae con frecuencia en la situación de reforzar los males que pretende denunciar. González inventa una sociedad con sus propias normas, de identidades nuevas inmersas en un universo ‘impoluto’; este imaginario plantea implícitamente una conmemoración a las gestas rebeldes de los palenqueros en América, los cuales han sido símbolos de libertad.
Al recorrer Drexciya hay una nueva iteración sobre este mito ampliando su riqueza simbólica y los límites de su interpretación. Entrar en este espacio es pensar en la respiración, la respiración para invocar, para contener y soltar, para encontrar aliento.
Texto por:
Ana Patricia Gómez
Astrid González
Catalina Toro
Danza: Sankofa Danzafro, María Elena Murillo, William Camilo Perlaza, Sandra Vanessa Murillo, Yndira Perea, Piter Alexander Angulo
Coreografía: Rafael Mario Palacios
Actuación: Fernando Hurtado
Cámara e iluminación: Camilo Meneses
Música: UnicamenteAndrés
Vestuario: María Fernanda Zuluaga
Acompañamiento en producción: Daniel Moná
Acompañamiento en investigación: Carolina Chacón
Imágenes: Domo observatorio astronómico, Planetario de Medellín. Mauricio Arango.