El dibujo es una de las primeras exteriorizaciones pensantes que se registra en la vida humana.

Las pinturas rupestres comúnmente contienen trazos que, en unos cuantos gestos, representan figuras como hombres, animales, y negativos de manos, además de formaciones abstractas; en estas se plasma un deseo de representar el mundo propio y el universo en una cosmogonía de hombres y dioses. Además, en estos esquemas no podemos dejar de reconocer un trabajo pensante, al registrarse en ellos una narrativa consciente de los procesos de caza, el entorno de seres vivos y el deseo de plasmar para otros un registro de un mundo significante.

La muestra ‘Dibujar como Pensar’ propone reconocer en el dibujo una función mágica en la que convergen nociones como la narración, el pasado, el futuro, la imaginación, y el mundo de las ideas donde el proceso mismo de dibujar se manifiesta como una actividad pensante. Bajo estas premisas y la idea de retar el soporte, la técnica y la materialidad del dibujo, reunimos una serie de obras de diferentes artistas que en un espectro amplio de posibilidades oscilan entre el deseo y la espontaneidad desde un lenguaje “ingenuo” o “naif” a una representación técnica y racional de la realidad.